¿Te sentís presionada? ¿Cómo detonás tu presión/prisión mental?
La mayor presión es la prisión mental.
La jaula mental la creamos nosotras mismas y tiene barrotes de todo tamaño, grosor, y antigüedad
La jaula mental es una mezcla de cómo nos criaron, de nuestra necesidad de ser queridos y aceptados, de encajar.
La jaula mental es nuestro propio convencimiento de que no merecemos que nos sucedan buenas cosas. Son nuestros miedos que la envuelven como si fueran una malla tupida y desquiciante que no nos permite ver las cosas tal como son.
Las vemos deformadas.
Entonces nos parece que no vamos a poder.
Que van a volvernos a pasar cosas que ya nos sucedieron y no queremos repetir.
La jaula mental nos cae arriba como una emboscada fatal cada vez que agarramos viento en la camiseta y queremos animarnos a salirnos de lo de siempre. Para cambiar. Para crear. Para conectar con estar vivas.
Hoy estoy dedicada, me lleve el tiempo que me lleva a identificar cada barrote. Construído por mi historia, por lo que me hicieron, por lo que no suelto, por lo que no me animo, por lo que para qué si igual todo va a ser igual.
La puerta está abierta, como me dijo una vez una amiga.
Animarte a salir primero.
Prenderle fuego después.
Y permanecer alerta. Porque las jaulas mentales son como las células malignas, proliferan y se expanden sin darnos cuenta. Y sin darnos cuenta, vivimos muertas en vida encerrdas en nuestra prisión mental.
Que nunca falte recordar que la presión es externa, pero la prisión mental, es interna. Y soy la responsable de quedarme ahí o moverme y detonarla. De una buena y bendita vez!
Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos
Consteladora Akásica
