Blog - Nunca estamos solas

“Me alegra tanto que hayas podido hacer este viaje, para probarte que podías volver después de todo lo que pasó.”
Alguien que me conoce me hizo este comentario.
Me pregunté una vez más, por qué elegimos suponer en lugar de preguntar.
París, como el Cabo Polonio son míos. Me suda el moño con quiénes los haya vivido. He llevado parejas, he ido con amigos, con mi madre, y en el caso del Cabo, hasta con mi hija.
París está en mi ADN desde la panza de mi madre, y del deseo de mi abuela paterna de ponerme Simone por la Beauvoir. Y desde mis 3 años, cuando contra viento y marea, haciendo unos esfuerzos sobrehumanos, mamá me mandó al Liceo Francés para que aprendiera el idioma, la cultura, y todo lo demás.
No se me hubiera ocurrido que este viaje pudiera significar demostrar que trascendí un vínculo.
Un vínculo, profundo que sea, no me hizo irme de los lugares donde viví, ni dejar de ir a los lugares que amo. Porque la marcha va por dentro. Podés mudarte para olvidarte, o no visitar tus lugares favoritos, y estar hecha pelota. Es bastante más profundo que eso para mí.
Los duelos los transito en mi cuerpo y en mi alma. Y en las cosas que tiro a la volqueta. Eso si. Nada de estar juntando restos de gestiones perimidas. ¿Terminó? Voló todo lo que no se llevó. Que lo que falta es ser el depósito gratuito de otro.
Volví porque sentí el Deseo. El Deseo mueve. El Deseo crea. El Deseo es Vida.
Y cuando mi Deseo me lleve a nuevos lugares , lo seguiré. Por mis propias razones. No por los fantasmas de las parejas que no fueron, o por lo que no se dio. Eso sería vivir en sintonía ajena. Cuando girás en torno a los otros y no en torno a vos misma, creés que todos sienten como vos. Por eso no hay que suponer. Es conjeturar, sospechar, creer, figurar, poner, imaginar, pensar, considerar, implicar. Soy la que soy, no la que creés que soy.

Que nunca falte, tener una vida propia.

Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos
Consteladora Akásica