SOL+ EDAD= SOLEDAD… TRABAJANDO CON LOS REGISTROS AKÁSICOS
¿Hasta qué punto nuestra sociedad ve a la soledad como “anormal”?
Leyendo Registros suena y resuena el tema de la soledad.
Desde niños nos inculcaron como logro máximo la formación de una familia, y aún recuerdo a la madre de una amiga decir que las parejas de hoy no duran porque “las mujeres no aguantan como antes”.
Crecimos teniendo como eje llenar el lugar a la derecha de la vida y de la cama, sin darnos cuenta que a veces tener a quien llevar a una fiesta tiene un costo de vida muy alto.
Una mujer sola se siente el bicho raro, le preguntan si es lesbiana, y es vista con desconfianza por los maridos de sus amigas porque “si salís con ella que está soltera te van a venir a hablar”.
Que yo sepa todavía las mujeres solas no tienen un cartel de disponible tatuado en la cara, ni exhalan un aroma diferente que las hace reconocibles en lugares públicos. Y he visto a más de una casada disfrutar de una noche de libertad como pocas solteras lo hacen…
El otro mito de la mujer sola es que “no da una oportunidad…”. O sea, que si un hombre las invita a salir y no le gusta debería aceptar hasta lograr que le guste de una u otra forma.
¿Qué inquieta de una mujer sola e independiente? Que dispone de su tiempo y de su vida. Que no tiene responsabilidades familiares. Que toma sus decisiones en solitario. Que llega a su casa y no tiene que lavar ropa de otro, ni organizarle la vida a nadie. Que puede elegir con quien dormir y con quien no. Que las llaves de su casa son propias y eso determina su espacio personal e intransferible salvo que tenga el deseo y no la obligación y la rutina de compartirlo.
Estar sola es un acto de valor… de saber estar con uno mismo. De solucionar los propios problemas porque no hay en quien apoyarse. De cambiar las bombitas y hacer el bricolaje. De no tener fuerza para mover los muebles. De no contar con otro cuando llega a la casa para compartir el día y sus vivencias.
Pero hay soledades que son peores… son las de esas personas que se mantienen juntas por temor a ser “anormales” y no son felices en esa unión. O donde hay infidelidades y se hace la vista gorda para no quedar a la deriva. La peor soledad, es la mala compañía…
Los Registros Akásicos permiten saber donde está nuestra potencia, reencontrarnos con nuestro deseo, direccionarnos en el hoy hacia aquello que realmente nos colma, pasando por sobre cualquier etiquetado.
Y es a través de los Registros, que surge la resignificación… Soledad… sol + edad… qué hermosa composición de palabras… no existe más anormalidad que la que nuestra mente crea. Y elegir guiarse por los códigos de una sociedad temerosa de Ser no parecería ser la más sana de las opciones.
Ser conscientes de nuestros miedos, de los juicios y prejuicios que nos atraviesan para poder elegir en libertad aquello que nos representa, ese ha sido el camino que la Lectura aborda, para permitirnos abrir las alas desde la interna Libertad.
Que con la edad entre mucho sol en nuestras vidas y que podamos compartirla con quien realmente nos colma e ilumina.
Bendiciones!
Simone Seija Pasyero
Lectura de Registros Akásicos