Si me dices qué me gustaría ser…una unicornia…
Si me dices qué me gustaría ser…una unicornia…¿y si en cada una de nosotras late una unicornia noble, valiente, pura, que elige hacer bien y no el mal?
Alguien me dijo que se sentía una amazona.
Y yo me pregunté si querría vivir en un lugar sólo rodeada por mujeres, eternamente envuelta en guerras de hombres. Violentas y aguerridas, quemando su pecho derecho para poder llevar sus armas. Teniendo vínculos sólo para la procreación. No quedándose con sus hijos si eran hombres, y conservándolos si eran mujeres para que también fueran amazonas, sin posibilidad de opción.
Comienzo a observar a los unicornios. Que son unicornios y no unicornias. Porque parece que de género femenino no existían.
En Escocia hay unicornios por donde los quieras encontrar…En los escudos, en lo alto de las columnas, cabalgando entre la gente si miras con atención.
El unicornio cabalga sobre un arcoiris, y dice la leyenda que al pie de los arcoiris se encuentra aquello que deseamos con más intensidad en esta vida. Algo así como cabalgar sobre la propia meta o los propios desafíos…
El unicornio es un animal espiritual. De hecho, su cuerno detecta los venenos y los cura. Es también un animal inmune a todo hechizo o maldad, a los conjuros, a la envidia.
Cuando se encuentra en peligro puede transportarse a una zona segura al presentirlo cerca.
El unicornio es independiente y solitario. No hay manadas de unicornios…Y sólo se deja ver y contacta con seres de corazón puro, sean humanos o elfos.
Representa la nobleza, la valentía, la pureza…
Elige utilizar su poder para hacer el bien y no el mal…
Es salvaje e indomable, tanto, que prefiere morir antes de que ser capturado.
En un momento de mi vida tal vez me sentí una amazona. Era un tiempo en que no había aprendido a amar. Y hacer la guerra era la victoria en sí misma.
Con el tiempo enterré el hacha de batalla. Para poner la energía en hacer y vivir de una forma positiva. Sabiendo que quien nace amazona lucha siempre con la tentación de salir a pelear por las causas injustas todo el tiempo. Pero esas causas se ganan iluminándolas aprendí con la vida.
Quizás hoy sea una unicornia solitaria y esquiva. Selectiva a la hora de elegir con quien cabalgar mis nubes de colores encendidos.
Todos tenemos un animal de fuerza. Para el mar, el delfín. Para la tierra, el unicornio.
¿Qué animal real o fantástico sería tu animal de fuerza?
Porque nunca estamos solas. Porque nos vamos encontrando…
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos