Si amas a alguien no le digas como tiene que vivir su vida.
Porque amar al otro es permitirte sostener que haga las cosas a su manera, sin usar el manual de instrucciones que viene con la batidora nueva, arriesgándose a intentarlo, y vivir su propia experiencia.
Si das algo , no sigas la pista de tu regalo para ver cómo lo emplean , si lo usan o no lo usan.
Dar y desentenderse del destino de lo dado.
Si quieres que alguien dé lo mejor de sí, regálale las buenas cosas que ves de su persona.
No le busques “el pelo al huevo” en todo lo que haga, diga, viva.
Porque lo más seguro es que lo alejes, o que te soporte. Y el verdadero amor no rima con alejar y menos con soportar.
Si te animas a vivir tu propia vida, te encontrarás que ser la jueza del buen gusto y la buena manera de hacer las cosas se va por la puerta de atrás….porque estarás tan feliz disfrutando que no tendrás tiempo para cerciorarte si los otros hacen, cómo lo hacen y si lo hacen bien.
Porque hacer las cosas bien seguro que para mí es de una forma y para ti de otra, y vaya que se han iniciado guerras en todos los tiempos cuando unos buscan imponer a otros su manera.
Si amas….ama sin prospecto.
Si das…da sin condiciones.
Si te sientes bien contigo mismo…espeja lo mejor del otro.
Si quieres estar en paz…deja vivir en paz.
Si tienes la suficiente valentía para vivir…admira la de los otros cuando lo hacen.
Y finalmente, si lo que tienes pensado decir, no aporta…guárdatelo en el desván mental de los pensamientos negativos, los juicios no pedidos, las mentiras pergeñadas, las frustraciones y pequeñas cobardías.
Vuélvete grande de corazón y suelta amarras…controlar menos es el ansiolítico sin receta menos difundido y más económico! Y tiene un maravilloso efecto secundario: la felicidad!
Bendiciones infinitas! Nunca estamos solas!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos