Blog - Nunca estamos solas

Sentada en la barra miro el teatro…

Sentada en la barra miro el teatro envuelto en la niebla. Sinatra suena en el aire, el vino calienta la garganta, la conversación se aviva como llamas de fuego nuevo.

Vengo de ver una obra que habla de las primeras mujeres que se dedicaron al teatro, interpretada por fabulosas mujeres de teatro. A las que tanto admiro, y que luego espero al salir para darles un abrazo y agradecer a la vida que me dé la oportunidad de verlas sobre las tablas y debajo también.

El teatro envuelto en niebla como las historias de las mujeres… actrices que eran llamadas “bichos del teatro” y tomadas como animales por su cuerpo. Que tenían una vigencia. Que veían los buenos papeles irse hacia las más jóvenes. Que no tenían derechos económicos. Que sembraron pero no vieron frutos. Mujeres que nos precedieron, que abrieron camino, que pisan fuerte y cambian la energía de los lugares con su presencia.

Mientras espero, veo pasar a otros actores. Algunos los conozco de la Comedia Nacional desde que tengo ocho años. Respirar el mismo aire es como un sueño.

La magia de la vida es que lo que alguna vez se vió como imposible se vuelve realidad. La realidad se vive como magia cuando se bendice cada instante. Porque de esos momentos surge la fuerza para soportar las pruebas, todo cobra sentido y se sienten las bendiciones cubrirnos, así como la niebla al teatro.

Por tanto, por tan profundo, por tan bendecido… gracias, gracias, gracias.

Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos