Que te gusten tus propias huellas…
No importa lo que digan los demás sobre tus huellas.
Siempre alguien las encontrará demasiado grandes, o pequeñas, o profundas, o superficiales.
O buenas, o malas, o anchas, o largas.
Juzgar es fácil.
Hacer es de valientes.
Algo que intento recordar . Qué está ubicado dentro de “No te olvides de acordarte”.
Es interesante cuando lo que otros hablan sobre nosotros nos duele…habla más de nosotras mismas que de ellos.
Porque cuando las palabras no nos tocan, es que no tienen nada que ver con lo que somos, o creemos que somos.
Entonces cuando algo me enoja, o me desequilibra, (fundamental…si dicen algo para lastimar directamente queda desestimado). Si fue dicho con buena intención, como un aporte, entonces me hago preguntas.
“¿Por qué me enojó lo que me enojó? ¿Por qué me perturbó lo que me perturbó?” y se agradece, porque es una vía regia de aprendizaje.
Cuando nos animamos a hacer, nos salimos del molde, generamos movimientos.
Algunos se alegrarán de verdad.
Otros dirán que ni locos lo harían.
Muchos desearían perder el miedo y tirarse al agua, recordando que la vida es un instante.
No importa quebrar las reglas que no nos representan.
Importa reconocerte en tus propios pasos.
En aquellas cosas buenas y aquellas cosas malas.
Porque si estamos en este plano, es que no somos perfectos
Y en el camino, cometemos errores, no voluntarios, pero a veces errores.
Importa tomar conciencia, comprender el aprendizaje. Crecer.
No importa lo que otros digan sobre tus huellas.
Importa lo que vos pienses sobre ellas.
Pero sobre todo importa que cuando abras los ojos cada día, le hayas encontrado el sentido a estar viva.
Así sea el placer que te da el aroma del café en la mañana, o caminar bajo el sol hasta el trabajo.
Amáte. Siempre.
Y encontrá en el camino que te atrevas a recorrer las pequeñas grandes cosas que le dan sentido a la vida…
Merecemos…
Escrito por Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos
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