Qué te emociona
Este viaje me recordó lo que es importante para mí.
El tipo de experiencias que me colman y me hacen bien.
Sentarme en un café con historia, donde el espíritu de escritores y creadores todavía merodee por aquí.
Ir al teatro para fascinarme con nuevas puestas, y regocijarme con el silencio respetuoso de una sala en donde a nadie se le olvida apagar el celular, ni hablar, ni molestar. En un acto de reverencia y amor por el artista.
Y el cine. Oh my God. En diez días, tres pelis. En la primera me dormí, pero no cuenta, estaba agotada por el viaje. En la segunda me reí con tantas ganas como hacía tiempo no me pasaba. Y en la tercera me emocioné y lloré. Con tantas ganas como me reí en la anterior.
La película en que lloré se llama Manos pequeñas. Es sobre un hecho real que ocurrió en París en 2013. En un hotel de lujo las camareras se levantaron en huelga por las condiciones infrahumanas de trabajo basadas en la necesidad porque la mayoría no tenían papeles.
Primero fueron cuatro, una de ellas embarazada. Y luego, poco a poco, se fueron sumando las otras. Incluso aprovecharon la Fashion Week para hacer un desfile fascinante en la puerta del hotel que estaban ocupando.
No sé qué se quebró dentro de mí cuando vi llegar a la policía para llevárselas por orden de la gerencia. O cuando la familia entera de una de ellas, que no estaba de acuerdo con la huelga, la fue a apoyar cuando no le daban más las fuerzas.
No me gustan las casas de alta costura. Ni tomar cafés en Armani ni en Luis Vuitton. Porque me dejan fría. Helada diría yo. De toda la vida.
Me gusta lo que me emociona. Porque quiero vivir una vida en contacto con mis emociones. Y reírme y llorar cuando lo sienta. Porque de tanto dejar el rostro fijo me van a salir arrugas de frizada. Las peores.
¿Y a vos, qué te emociona?
Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos
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