¿Qué pasó los primeros seis años de tu vida?
Es una pregunta muy común en una terapia. Y la respuesta, muchas veces, es “No me acuerdo de nada” o “Tuve una infancia muy feliz”. Que es más o menos lo mismo. Porque todos atravesamos dejar el pecho, el chupete, los pañales, empezar la escuela, y el que la haya pasado bien ahí que lo comente.
En esos primeros años nos construimos y está en juego nuestro futuro psíquico.
Cómo era el vínculo con nuestra madre, con nuestro padre, nuestros hermanos. El rol que nos dieron. Las pérdidas. Si nos demostraron o no el amor. Si fuimos vistas. Escuchadas. Cuidadas. Si daban valor a lo que sentíamos. A lo que decíamos.
En esa etapa sentimos amor y miedo. Y el concepto de amor y miedo es sobre el que armamos toda la vida. Nuestro derecho a Ser. Tolerar ciertos abusos. Callarnos. Nuestra salud vincular comenzó a jugarse desde que nacimos.
Intentemos recordar hechos, situaciones. Luego, sentimientos. Y cómo nos sentimos hoy ante ellos. El dolor, la angustia, la tristeza, son los síntomas actuales de lo que se nos quedó olvidado en el tiempo. Vayamos al rescate de lo bueno, de lo que nos fortalece. Y aquello que aún nos hace mal, hagamos el movimiento consciente de decirnos “La adulta que soy hoy elige vínculos sanos” (O buen amor, o quererse, o hablar, o sentirse merecedora)
Los caminos de sanación están en nosotras. Se necesita valor y el deseo de ir a buscarlos a aquellos lugares donde quedamos encallados en el dolor, el miedo o el desamor.
Bendiciones infinitas! Nunca estamos solas! Buen camino! Hacedoras de sueños!
Simone Seija Paseyro
Lectora Registros Akásicos