Blog - Nunca estamos solas

Que la vida no se te vaya como agua…

No quiero despertarme un día, sentir que mi vida pasó y tener demasiadas cosas de las que arrepentirme por no haberme animado.

No quiero palabras trancadas en la garganta por miedo. Oportunidades perdidas por desamor. Proyectos no concretados por desidia. Sueños rotos que olvidé soñar.

Cada día me recuerdo que la vida es corta, frágil, instantánea e incierta. Que cada instante es demasiado valioso como para soportar. Porque soportar conlleva tiempo, sufrimiento, dolor, hacerse daño.

No me quiero viviendo indecisa, porque la duda se come al tiempo y lo suelta perdido.

Coloco los problemas frente a mí, y no cubriéndome de pies a cabeza. Porque se agrandan cuando logran envolverme, me pierdo en ellos y se vuelven el centro de mi vida.

No quiero escucharme quejándome, ya no más. Porque la queja es el lugar cómodo de la cobardía.

Dejar de tener miedo al qué dirán. A vivir pensando en el mañana. Luchando contra un sistema que nos quiere viviendo a plazos, sufriendo de antemano la escasez.

Lucho por despertarme y sentir que viví media vida, y que cada recuerdo merece su pena y su alegría. Y que cada día es una oportunidad de crear historia nueva.

Me defino por lo que soy, no por lo que no fui.

Soy dueña de mi tiempo, lo único realmente valioso que tengo para dar y compartir.

Viví años peleando por lo que yo creía que tenía que ser. Por hacer “justicia”, por ser la dueña de la verdad. Y lo mejor que tuvo cuando se terminó esa lucha por el mero paso del tiempo y la adultez , es que toda esa energía que se iba por el agujero negro de la desdicha comenzó a volcarse en el amor a la vida. Amor a las personas. Amor por lo que hago. Amor por mis proyectos a corto plazo, porque el largo me dejó de interesar.

Tocar fondo da la posibilidad de comenzar a transmutar el dolor y la desesperación en tímidos rayos de sol..

Ordenar las prioridades. Bucear en el colorido mapa de mi vida, ver por donde se está drenando mi energía, marcar el rumbo, disfrutar el camino que es lo que realmente tengo…

Merecemos.

Escrito por Simone Seija
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