Procopio. Marcha hacia adelante. Esas somos
Ya no me acuerdo en qué año comenzamos con esta costumbre.
Pasar su cumpleaños viajando, por algún lugar del mundo que nos gustara a las dos.
Repetimos varias veces París.
Fuimos a Arlés, y a Carcassone.
Uno de ellos lo celebramos en el Prater, de Viena . Luego estuvo aquel almuerzo en el restaurante Procope, en el 13 Rue de l’Ancienne Comédie. Una joya del 1600 que nos transportó a otros tiempos de un plumazo.
No siempre los celebramos juntas. Lo de ser madre e hija se dice fácil, se construye día a día.
A ella le gusta viajar en esas fechas, pero tuvo que correr mucha agua debajo de los puentes para que estar juntas, fuera celebración.
Primero con tiento, nos fuimos a Villa La Angostura casi un mes, a una cabaña. Lo pasamos tan bien, que consideramos que estábamos preparadas. Vaya que sí.
Es la compañera de aventuras más osada. Siempre siguiéndome en mis locuras e inventos. Alguien con quien reír con ganas. Como la vez que se resbaló en cámara lenta en el apto en París (por prestarme su calzado y estar en medias) y quedó empotrada con tanta galanura contra una esquina . Y cuando le dije “Girá y en cuatro para adelante” nos tentamos tanto que tardó en salir. Somos mujeres muy “en cuatro y para adelante”
El 2020 cortó esa tradición. Y en el 2024, decidimos retomarla. En aquello que una propone y el Universo dispone, el avión nunca salió. Y lo realmente maravilloso fue el humor con que nos lo tomamos. Cómo elegimos celebrarlo con lo que es y lo que hay.
Celebrando que está viva. Celebrando su vida. Celebrando nuestra vida. Juntas.
Superando los momentos duros. Compartidos codo a codo, algunas veces. Y otras, siendo cada una la piedra en el zapato de la otra. Porque amarse es aceptarse y quererse tal cual somos. Sin esperar que seamos diferentes.
Días de celebración . Que los planes caigan forma parte del menú que el Universo trae. Cómo decidimos vivirlo es el regalo que nos hacemos a nosotros mismos.
Gracias por estar siempre.
Gracias por ser la que sos.
Gracias, simplemente , Gracias.
Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos