NO HAY EDAD PARA APASIONARSE
El don y la pasión vienen por carriles similares. Se encuentran en el mismo andarivel y suelen estar a la vista. Hasta que por algún motivo, se nos olvida. Nos desconectamos. Lo negamos. Y terminamos girando en círculos, perdidos, sin saber qué es lo que realmente nos gusta hacer.
Tanto los Registros como la Psicología estuvieron presentes en mi vida desde la adolescencia. Pero al no prestarles atención… se me olvidaron.
La primera vez que contacté con mis Guías tendría aproximadamente veinte años. Recibí información y aprendizaje que luego olvidé totalmente enceguecida por llegar a mis metas terrenales. Se volvieron a presentar de improviso, cuando un día que me fui a leer los Registros, terminé yo leyéndole a quien me los estaba haciendo. Aunque me dijo que era muy común, decidí que ahí había algo raro, y aunque en ese momento no se hacían Iniciaciones como hoy, busqué hasta encontrar el lugar que me diera certezas a lo que ya hacía por mí misma.Y salté al vacío.
Con Psicología fue un poco distinto. Al salir del liceo le dije a mi madre que quería ser psicóloga y me contestó que eran puros psiquiatras frustrados. Que si quería que estudiara medicina y después me especializara, y si no… a estudiar Derecho que era lo que ELLA quería y le había quedado en el debe.
A mitad de camino cambié el rumbo, porque el padre de mi hija que estudiaba Escribanía perdió todas las técnicas notariales. Tenía mala letra, no le gustaba y yo le dije que hiciera Abogacía. Que total a mi me daba lo mismo porque no me gustaba ninguna de las dos. Y así terminé la dichosa Escribanía.
Fue casi pisando los cuarenta que alguien me hizo recordar que a los 18 había tenido una pasión, unas ganas de, un Deseo inconcluso. Salí de aquel encuentro, tomé un bus y me fui a la facultad de Psicología, era el último día para inscribirse del mes de febrero. Y salté al vacío.
No hay edad para recordar lo que nos gusta. No hay tiempos marcados. No hay recetas. Nadie nos puede decir cual es nuestra pasión porque ese viaje no admite acompañantes. ¿Se te ocurriría preguntarle a otro si estás enamorada de tu pareja? ¿Dejarías algo tan personal al criterio de un ajeno? Pues lo mismo sucede con las pasiones, los dones, los caminos de crecimiento… nadie los siente por uno.
Si te desconectaste, busca el camino de retorno al tiempo en que Querías, Deseabas, Soñabas. Seguro que en ese baúl de recuerdos está escondida esa pasión cercenada y olvidada. Junto con tantos otros sueños que sacrificamos por cubrir las expectativas de nuestros padres, familia, pareja.
Bendiciones! Buen viaje de encuentro contigo misma! No estamos solas…
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos