LAS PUERTAS DIMENSIONALES
Las puertas dimensionales son accesos que pueden abrirse tanto desde nosotros, como hacia nosotros.A través de ellas podemos ir a otras dimensiones abriendo las nuestras hacia el exterior, pero también puede darse que otras entidades y diversas energías más o menos favorables lleguen a nosotros por esos mismos accesos.
Nuestros Guías pasan a través de todas nuestras puertas y barreras energéticas. Estas últimas son creadas por nuestro ego para protegernos y preservarnos. Salvo que, en realidad, quien dice barrera dice dificultad de aceptar y asimilar ciertas verdades o capacidades espirituales.
Las barreras raramente son buenas. Quien se conoce y sabe gestionar su Fe y sus capacidades espirituales, no tiene necesidad de ellas. Sino que es capaz de configurar sus puertas para que no se abran a lo que no le es favorable.
Está en nosotros hacer que todos nuestros accesos, todas nuestras puertas, se abran sólo a dimensiones donde nos sintamos cómodos, y que no dejen entrar más que energías sanas.
Normalmente las entidades nefastas como larvas o vampiros energéticos, no deberían poder llegar a nosotros. Deberíamos todos tener accesos seguros y un espacio energético sano.
Pero…así como a veces en la Tierra no nos rodeamos con lo que más nos conviene, también sucede eso a nivel astral. Como es arriba es abajo. Las dificultades vinculares que tenemos aquí, así como los bloqueos, se reproducen en el astral.
Debemos purificar nuestras puertas en Amor cuando no están sanas. Una forma es con limpiezas energéticas. La otra es tomando conciencia sobre qué no funciona en nuestra vida, qué nos complica, que malas elecciones hacemos.
Cuando nuestras puertas están abiertas a lo negativo debemos asumir que el problema está en nosotros y que los medios de solucionarlo están en nuestra mano.
Si pudiéramos ver nuestras puertas, nos revelarían todo lo que está mal en nuestras vidas, y todo lo que nos aleja del bienestar y de la paz del corazón y el alma
La respuesta está en la toma de conciencia y en recordar que no existe fuerza más poderosa que la del Amor y la Fe.
Bendiciones!! Nunca estamos solas!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos