Hay un ejercicio que nos enseñaban a hacer en la Facultad…
Hay un ejercicio que nos enseñaban a hacer en la Facultad, para trabajar con otros. Para atender…
Se trataba de despejar qué pensábamos ante los temas que iban surgiendo en la consulta. Si teníamos que acompañar un duelo por la pérdida de un ser querido… ¿qué pensábamos sobre la muerte? ¿de qué manera nos afectaba?
Si acompañábamos a una persona que estaba en un ruptura amorosa, o un divorcio…¿cómo impactaba en nuestro cuerpo la situación? ¿nos angustiaba? ¿ por qué nos angustiaba¡
Y así con cada caso…
Como soy recibida de mayorcita, no tengo un lenguaje técnico de psicóloga. Más bien se me escapa la escribana dos por tres, y tengo un amigo que siempre se reía de mí porque decía que cuando me tocaba hacer un trabajo escrito parecía una escritura.
Así que aprender a hacer ese ejercicio me costó lo mío. Pero en un momento de mi vida, dejé de hacerlo sólo para las consultas, y lo trasladé a mi día a día.
Cuando algo me molesta ¿por qué?
¿Cuáles son los temas que me convocan y me hacen saltar? ¿Cuáles me son indiferentes?
¿Por qué algunas personas me pueden y con otras no tengo dificultad en poner límites?
A este ejercicio, le llamo, “aclarar mis ideas”.
Aclarar las ideas hace que cuando actúo, sé lo que me mueve. Mi historia, mis vivencias, me marcan. Desentrañarlas. Ver el camino que trazan en mis contestaciones, en lo que escribo, en lo que actúo es una manera de conocerme mejor. Y de decidir en base a quien soy, no a lo que viví. Que es como una mezcla casi imposible de diferenciar, pero con paciencia…se puede.
Las ideas claras, ordenan el pensamiento. Nos sacan del mundo de los “supongo”. Nos hace menos reactivos “No tengo idea por qué me puse a llorar cuando me dijo eso”. Nos ayuda a ser claros cuando transmitimos lo que sentimos y queremos.
A veces en un año logro sacar en limpio apenas un puñado de ideas claras. Después de hacer mucho buceo. De zambullirme en viejos dolores. Pero ese puñadito vale oro. Es un paso más hacia el autoconocimiento. Piano piano se va lontano dice el dicho.
Porque nunca estamos solas. Porque juntas buceamos mejor. Gracias gracias gracias!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akasicos