Blog - Nunca estamos solas

Eso que verdaderamente importa

A la hora de movernos emerge lo más importante para cada quien.
Una mudanza comienza cuando pongo el primer libro en un cajón.
Y una vez armadas las bibliotecas, con amor y entusiasmo colocarlos en el nuevo hogar. Para mí los libros son “hogar”.
Cuando mis padres se divorciaron, mi madre y yo teníamos que recomenzar. Sentadas debajo de la glicina del patio de la calle Santa Mónica, recuerdo le dije que lo único para negociar con mi padre era la biblioteca. Y así fue. Cuando le entregamos sus libros, se fijó con peine fino de que mis preferidos estuvieran. Ahí estaban. Ya de niña aprendí que no hay que apegarse a lo que no es de uno. Y a no esperar demasiado de nadie. Mi padre no tuvo un espacio donde colocarlos, hasta dos décadas después. Vagaba por la vida con los libros en cajas.
Tal vez por eso amo tanto los míos. Y clarifiqué mis amores.
Almudena Grandes la colección completa. Gioconda Belli. Junto con los de Isabel Allende, Rosa Montero, Marcela Serrano.
Toda Anais Nin. Toda Clarisse Lispector. Y Virginia Woolf. Y la Beauvoir. La colección de Tolkien y el Señor de los Anillos. Elena Ferrante, en francés, porque la conocí en Estrasburgo y vine con la valija pasada en kilos con todo lo que encontré de ella.
A su lado se acomodan los de Anne with and E de L.M. Montgomery. Comprados usados en las librerías de Tristán Narvaja. Y luego mi amada Jean Shinoda Bolen. Y Henning Mankel, el sueco maravilloso. Andrea Camilleri con toda la colección de Montalbano. Y Jodorowsky, Rolón, Irving Shalom, Claudio Naranjo. La atrapante Dolores Redondo, Maria Dueñas, Ngozi Adiche y tantos más.
Somos los libros que leemos, atesoramos, conservamos y cuidamos. Porque un libro es alimento concreto del alma. El primer encuentro virtual y profundo antes de la era digital. La primera prueba de que la presencialidad no es necesaria para conectar, porque pasa por lugares mucho más sutiles, ingrávidos y gentiles. Como dice el poeta.

Y vaya que son amores de mi vida.

Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos
Consteladora Akásica