Es tan sencillo y sin embargo tan complejo, la visibilidad…
Es tan sencillo y sin embargo tan complejo, la visibilidad.
Que me veas. Que veas mi cuerpo. Que me hagas sentir deseada, Que generes esa magia que da el encuentro de dos almas adentro de un envase de pura carne ardiente.
Que me des en bandeja de besos mi mejor versión mirándome en tus ojos de cielo.
Es tan sencillo y a la vez tan complejo. Que veas mis pros y no mis menos. Que elijas la curva de mi sonrisa por sobre el rollo de mi panza. Que me veas venir y que me sepas.
Que me veas y me quieras con mis cicatrices, mis impulsos, mis audacias, mi mal humor cuando tengo hambre, lo poco que me gusta sentirme presionada y saber y aceptar que para encontrarme nunca hay que buscarme. Porque llego cuando tengo que llegar.
Y verte. Tomar tu cara entre mis manos y olerte sin olfato para saberte buena gente. Tu energía serena envuelta en mis caballos desbocados.
Parece tan sencillo en los inicios. Uno al otro nos vemos todo el tiempo. Y con los años, hay ojos que van rotando la mirada.
Y en esa grieta de no sentirnos vistas es por donde entran los que sí nos ven.
Los que nos hacen recordar nuestra hermosura. Los que sacan arpegios de cada arruga. El que sabe hacerte sentir única no de la boca para afuera, sino del corazón para adentro. En ese instante en que nos sentimos vistas, se abren las compuertas, se olvidan las formas, las maneras, los dimes y los diretes. El Deseo se vuelve rey y estar vivas goce pleno.
Ver es el acto de amor primero. La savia que llena el cuerpo . Por una mirada amorosa y habilitante, reflejo donde espejemos lo mejor de nosotras mismas. Por un mundo de espejos amantes, deseantes, latientes.
Yo…te veo!
Bendiciones infinitas! Nunca estamos solas!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos