Blog - Nunca estamos solas

¿Es sencillo saber lo que necesito?

Debería serlo, si crecimos en contacto con nuestras necesidades. Si fueron tenidas en cuenta. Si nos alentaron a expresarlas. Si fuimos escuchadas.
Si crecimos en un entorno donde quiénes nos rodeaban no utilizaban la expresión “Yo necesito”, es que vamos a tener que incorporarla a nuestro vocabulario.
Una necesidad es una carencia. Una carencia de las cosas imprescindibles para la conservación de la vida.
Con lo cual ser consciente de lo que necesito me permite vivir. Y ser consciente de lo que necesito para ser feliz, me permite vivir en un estado de bienestar y armonía.
La palabra necesidad me chirria. Es falta de algo. Y qué poco gusta que falte.
Hay una solución.
Dividir lo que necesitamos en dos grupos. Lo que depende de nosotras, lo que necesitamos de otros.
La lista de necesidades que dependen de nosotras, nos hace responsables por darnos lo que necesitamos. Si quiero estudiar y necesito tiempo para hacerlo, tengo que darme tiempo. Si necesito paz en mi vida y estoy en un lugar donde no la encuentro, tengo que buscar moverme. ¿Qué sucede cuando necesito algo de otro? De una pareja, por ejemplo. O de una amiga. Decir con claridad lo que necesito, preserva y da salud a los vínculos. El otro sabrá si puede darme o no lo que necesito, pero saberlo, me permite poder elegir.
Comencemos por hacer una lista sincera de las necesidades que yo puedo abastecer. Y otra de lo que necesitamos de las personas que son nuestro entorno. Comienza a sonar el rock…