EMOCIONES A FLOR DE PIEL
Así describiría energéticamente esta semana.
Como una danza vincular resbaladiza, propia de la intensidad escorpiana que nada lo hace a medias. Y de los movimientos de la luna nueva y su brioso poderío que tanto impacta en los seres humanos.
Así vamos como en carne viva, susceptibles al máximo. Entre la risa y el llanto. Entre querer y no querer. Poder y no poder. Una dualidad emocional incomprensible, en donde el Universo parece decirnos: “Eso no resuelto. Eso que faltó sacar hacia afuera y está doliendo. Eso…es hora de ponerle nombre y enfrentarlo.”
Cuanta mayor resistencia ofrecemos más parece cerrarse el círculo. Todo conspira para que ordenemos la casa interna. Lo deseemos o no.
Buen momento para tener en cuenta el nivel de la ansiedad colectiva y de la angustia como contracara.
Entonces…nada es personal.
Respiramos tres veces antes de contestar.
Dejamos para mañana la discusión que podríamos tener hoy.
Y nos transformamos en detectives de nuestro ánimo. Buscando las cuentas pendientes. Las heridas abiertas. Las cicatrices por donde se drena nuestra energía.
Y el miércoles 7, como si encalláramos contra una roca, se da un punto de inflexión a partir del cual el mundo parece tomar un color más amable.
Buenas noches estas para meditar, para pisar nuestra propia tierra firme. Para conectar con la esencia y dejar partir lo que duele.
Camina con calma. Camina con fe. La vuelta a la propia casa después de un año de duras pruebas parece imposible…pero está siendo. En este momento.
Bienvenida a ti misma!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos