El beso de Mercurio y Plutón. Si querés llorar, llorá
Mercurio es activado por Plutón. Beso que dura desde el 5 al 23 de febrero.
Cómo expreso la energía instintiva y primaria. Como permito que salgan hacia afuera esas partes oscuras que va a utilizar a Mercurio para expresarse. Si pintás es momento para plasmar la revolución y el dolor internos. Así con la escritura, la música, y toda forma de expresión. Mercurio se transforma en ese psicólogo que escucha lo dañado y vulnerado. Que recibe, comprende y comunica el dolor de las heridas inconscientes.
Lo que hoy vivimos, es consecuencia de decisiones tomadas en piloto automático en algún momento. ¿Quiero cambiar algo? ¿Voy a utilizar el darme cuenta en qué condiciones decidí para no repetir?
¿Quiero lo que quiero motivada por el miedo, la manipulación, mi deseo de poder y de control?
Este beso Mercurio – Plutón saca a la luz mis partes bajas y oscuras. Que todos tenemos. Porque somos humanas, un crisol de luces y oscuridades. Podemos “asustarnos” de lo que yo pensamos. Y en vez de decirnos “No debo pensar así”, detenéte a preguntarte qué te está llevando a pensar de esa manera.
Porque este mes el gran desafío es sacar de nuestra cabeza lo que nos intoxica. Si soy lo que pienso, y luego hago en consecuencia, es muy importante limpiar la zona de la mente. Sin negar. Sin juzgarse. Sin ser duras con nosotras mismas.
¿Es el miedo lo que me lleva a pensar así? Pues miedo a qué. En qué dolores y experiencias se ancla. En qué parte de mi historia que no puedo soltar y liberarme, anida. Y así con cada emoción que se esconde detrás de pensamiento que me envenena el alma.
Merecemos duelar, depurar, sanar.
Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos
Podemos estar intensas, agresivas, enojadas, doloridas, en la versión de la vibración más baja.
O podemos introducirnos en un momento de sanación. Siendo conscientes de por qué pienso como pienso. Y por qué el Otro, piensa y dice como piensa y dice. La templanza es no tomárselo personal. Este Mercurio rozando Plutón hace entrar en sus infiernos a la comunicación. De ojos abiertos, si queremos abrirlos.
