DIOSAS DE LA ALEGRÍA
La alegría no tiene edad, pero llevar el paso del tiempo con alegría requiere sabiduría.
Aceptarte tal cual eres, mostrarte tal como eres y mirarte el espejo acariciando cada pliegue, cada marca, cada indicio de vida bien vivida…
Apasionarte por los temas que te gustan: desde bailar zumba hasta leer obras clásicas. Desde correr en la noche al volver de trabajar, hasta cantar ópera en la ducha.
Animarte a hacer, sin vergüenza, sin miedo a caer, ni a que te vean, ni a lo que piensen, sin compararte con nadie, sin querer ser otra que la que eres.
Y saber reír. Reír con ganas. Con esa risa incontenible, contagiosa, que tantas veces nos asalta en los lugares más solemnes y menos indicados.
Saber reírte de ti misma, como principio fundamental del desparpajo, la espontaneidad y la frescura.
El tiempo no sólo deja señales en el cuerpo,, nos marca las arrugas de la risa. Las mejores, las más queridas, las atesoradas…
Para cada edad una alegría. Para cada diosa viviente, una sabiduría.
Bendiciones! Y buenas risas!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos
