CUANDO LOS REGISTROS LLEGARON A MÍ…
Fue hace unos 15 años. Estaba pasando un mal momento y alguien me habló de los Registros Akásicos por un lado y de una psiquiatra que hacía Regresiones a vidas pasadas por otro. No tenía ni idea de qué eran ninguna de las dos cosas, pero… me vibraron, y fui.
La Lectora de Registros comenzó a hablarme de vidas anteriores. Comencé a sentirme rara, dejé de prestarle atención y de repente le dije “Disculpáme. Siento como que te tengo que decir algo.” Y comencé a canalizar, sin tener ni idea de qué era canalizar. Ella comenzó a hacerme preguntas: sobre su hijo, sobre sus parejas, sobre otras personas que leían Registros.
Yo no entendía nada, Me sentía mareada, y se suponía que iba a recibir mensajes, no a darlos. Hoy me pongo a pensar y vaya que sí recibí un mensaje ese día… me mostraron que era lo que podía hacer y lo que esperaban de mí que hiciera. Así, sin anestesia, ni preparación. Salto al vacío.
Al irme le pregunté a esa persona cómo seguía la historia ahora. En ese tiempo no se habían puesto de moda las Iniciaciones multitudinarias. Entonces me contestó que nada. Que me olvidara. Que eso le pasaba a todo el mundo.
Llegué a mi casa y comencé por averiguar ¡Qué era un Registro Akásico!
Mis Ángeles, Guías y Maestros me dictaron la Oración y el Cierre Sagrados que son personales y entrego cada vez que inicio a alguien. Y ahí, me convertí en una aprendiz de Lectora de Registros. Casi un año después de venir leyéndolos, pensando cada vez que me iba a quedar en blanco, decidí buscar a alguien que estuviera experimentada en esto. Y que fuera generosa, humana y sabia con su don. La encontré en Buenos Aires. Me dio algunos lineamientos que me dieron la tranquilidad de que iba bien rumbeada y que el camino era el correcto.
Y luego continué leyendo libros (pero no de Registros), sobre todo de teosofía, kabbalah, espiritualidad. Decidí que el camino de un Lector de Registros es personal y se construye basándose en sólidos conocimientos teóricos de otras ramas. Continué practicando, y tomando nota de las personas sabias y generosas que se cruzaban en mi camino para hacerme llegar eso que necesitaba saber en el momento adecuado.
En ese tiempo me desinvestí como Escribana, comencé la carrera de Psicología en la Udelar recordando que esa era mi pasión que había quedado trunca. Y comencé a dedicarme a leer Registros sin mirar atrás.
Una de esas mujeres fue el puente para recordar lo que podía. Y la psiquiatra de Regresiones, mi querida María del Carmen, con su amor, contención, respeto y compañía me hizo recordar que cuando vamos a dedicarnos a algo tan “volado” debemos tener los pies en el suelo, ser muy éticos y me instó a empezar la carrera aún con la edad que tenía.
A ambas… gracias, gracias, gracias. Por ser los instrumentos divinos que el Universo puso en mi camino para recordar…
Bendiciones!
Escribana por mandato
Psicóloga por Pasión
Lectora de Registros de Corazón.
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos