Cuando leo Registros grabo las sesiones…
Cuando leo Registros grabo las sesiones, porque no dejo entrar celulares, ni propio ni ajenos, a ese espacio. Los celulares suelen tener una carga determinada, que es la que queda adherida de las conversaciones que tenemos, los mensajes que recibimos, con lo cual, están impregnados en emociones.
Para grabar… tengo dos grabadores. Uno al que yo le llamo “el sensible” que es el más nuevo, y otro viejo que no falla, es inmune como quien dice.
El “sensible” cuando atiendo a una persona que viene energéticamente complicada, se niega a grabar. Lo he llevado a revisar y el hombre siempre me dice que está perfecto. Lo dejo un día, lo limpio y retoma con alegría su trabajo.
Los aparatos electrónicos en determinadas épocas avisan del estado de las energías. Computadoras que se queman, celulares que se trancan o que directamente no prenden, bombitas de luz que se explotan.
Todo es energía. Recuerdo un día en que Micaela estaba muy enojada por una situación conmigo y la luz del baño voló por los aires. Y es que tiene mucha fuerza, no hay con qué darle.
Ver ese episodio, me hizo darme cuenta de la fuerza de nuestros pensamientos para con las personas, las situaciones.
De qué manera podemos romper o construir. Y, lo más complejo, ser conscientes cuando se nos suelta la cadena. Esto pasa cuando alguien nos cuenta algo que nos enoja, o nos da envidia, o genera emociones fuertes que no logramos controlar.
Por eso es que se suele decir que si quieres que algo salga bien no lo cuentes hasta el final…porque no tenemos idea de qué forma impacta en el otro nuestra alegría, nuestro proyecto o nuestra situación. Y probablemente ni el otro sea consciente de lo que le genera.
Estar despiertos a esta realidad. Cuidarnos y cuidar, a veces… de nosotros mismos.
Bendiciones! Porque nuestros haces de energía sean luminosos y amorosos! Dentro de las limitaciones que tenemos al ser todos humanos y falentes…
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akasicos