Con lo cual…Universo yo te pido
Cae el sol frente al ventanal, tal cual en agosto. Pero mi mirada no es la misma, tampoco los protagonistas, ni dentro ni fuera del rancho. Una paz enorme en el alma, bolsas de lastre que se sueltan casi literalmente, se hunden en las olas bajo mis pies, y se encaminan a un destino sin metas. Transitar los caminos escabrosos que no nos corresponden, es tan agotador como inútil, pienso al verlos desaparecer.
Desde el Cabo deposito en el Universo mi pedido formal. Decido que no quiero ser la mujer que eligen y que luego se adapta a aquel que la eligió. Escojo ser reina por una vida de mi propio baile, y bailar el cotillón sólo con quien realmente lo merezca.
De niña me encantaba leer sobre Sissi, la mítica Emperatriz de Austria y Reina de Hungría. Las versiones infantiles, la mostraban feliz, sonriente, bellísima y totalmente enamorada de Francisco José. El día en que el la vio, la eligió, y ella… “no pudo decir que no.” En algún callo cerebral, cual huella mnémica, prendió aquella idea de que la cosa funcionaba así: si el emperador te elige, agachá la cabeza y festejá. Y Sissi recibió las rosas y bailó el baile más importante de la fiesta…aunque no estaba enamorada de Francisco José, sino de Carlos Maximiliano, el hermano. Completito. Ya como a los 30 leí una biografía de Jean des Cars “Sissi o la fatalidad”. Creo que el título lo dice todo.
Con lo cual…Universo yo te pido que aquello que viene para mí sea lo mejor que me depares. Que todas las noches sean noches de bodas, que todas las lunas sean lunas de miel. Que la mano que tome la mía sea compañera, continente y contenida, dulce, generosa, espiritual, reidora, firme, honestamente creativa, gozadora, sincera, buscadora constante de saberes…y que sepa llevar mi compás, con un brazo lo suficientemente firme como para convidarme a seguir el suyo sin doblarme, aceptando el desafío de escuchar mi música,…qué no es poco…sin perder jamás el ritmo de la propia.
Nunca estamos solas!
Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akasicos
