Blog - Nunca estamos solas

¿Cómo hago para saber si quiero o no hacer algo? ¿Ir o no a algún lugar? ¿Salir o no con tal o cual persona?
Soy poco afecta a la meditación. Ni a los ejercicios de “Imagínese tal o cual y respire fuerte, finito o no respire. Si está vivo, después de diez minutos siga.”
No me gustan. Lo tengo claro.
Lo que sí hago es visualizarme en el lugar, o con la persona o haciendo eso que me hace dudar. Si me invitaron a una reunión, me visualizo llegando. Las personas que puedan haber. Y chequeo la respuesta de mi cuerpo. Está contento. Voy. No está contento. No voy.
Lo mismo si alguien me invita a salir. Visualizo la mesa, la charla, la persona. Si me hace sentir bien, adelante. Si lo que me genera no es gozoso, muchas gracias, pero no.
Porque parece fácil conectar con las ganas. Para mí no lo es. Sobre todo si mete la cola el “tengo que”. O el “queda horrible si no vas”. Por no decir “es lo que esperan que hagas”. O uno mejor “Si siempre fuiste/hiciste/ bancaste, ¿qué te pasa ahora?”
Y, pasa que el tiempo pasa amor!! Que lo que una antes no se cuestionaba y hacía en piloto automático no va más.
Pasa que lo que los demás piensen empieza cada vez a importar menos.
Y porque como me dijo hace muchos años alguien muy sabio, cuando yo quería ser periodista, “Si querés llegar a algo, tenés que hacer lobby. Que te conozcan. Que te vean. Te guste o no. “
En eso, así como en ese momento hoy en día, me parece que el costo de estar sonriéndole a personas que no me interesan y dejándome ver en lugares que no tienen nada que ver conmigo, sigue siendo el precio carísimo que se cobra para llegar a ciertos lugares. En la vida , todo es una opción. Sobre todo, el qué hacemos con nuestro tiempo propio y cuáles son las inversiones valiosas para nuestra esencia.
Que nunca falte la valentía de Ser! Nunca estamos solas!

Simone Seija
La Psi que leo Registros Akásicos