Blog - Nunca estamos solas

Hoy es 1 de julio. Mi abuelo cumpliría 105 años…

Hoy es 1 de julio. Mi abuelo cumpliría 105 años. Entonces, como cada día de su cumpleaños,yo iría al jardín y cortaría camelias rosas, para adornar la mesa.

Mi abuelo era hermano de mi tía Meche. Aunque nunca los vi hablar demasiado, para ciertas cosas sobran las palabras. Ambos vivían entre libros. Ella los vendía. Ambos amaban leer. Pensándolo bien, crecí en una familia donde de las dos ramas los libros ocupaban un lugar especial.

Hoy es 1 de julio y pienso que vueltas tuvo la vida, que quien más lo aprovechó en la adultez, fue el padre de mi hija. Porque cada vez que íbamos de visita se encerraban a hablar, horas y horas. Esas mismas horas que yo no me permití, porque en ese tiempo creía en la eternidad de todo.

Mi abuelo era amigo de su vida. No tenía frustraciones, porque la vivió como quiso. Con una compañera de camino, mi abuela, que le tocó ser la parte terrena de esa dupla. Porque para el abuelo andar sin agujeros en los pantalones, con pañuelo limpio o zapatos en condiciones eran temas menores. Para él lo importante era leer, escuchar su radio de onda corta en la noche, y querer a los que éramos su prole.

Mi abuelo atravesaba el muro invisible que rodeaba mi casa de niña, para llevarme caminando esas cinco cuadras que separaban Santa Mónica de Cooper, por Máximo Tajes,agarrados de la mano y hablando sin parar. Porque el único que se atrevía a darle la mano a mi padre y pedirle prestada a su hija, era él.

Mi abuelo y su sombrero de paja, sentado en el jardín, hablándome de pájaros y enseñándome como se llamaba cada tipo. Criando su tero en libertad, su gaviotín y sus lechuzas enanas.

El abuelo hacía los mejores panes con manteca y azúcar del mundo mundial. Y amaba la sopa de arroz, que a mí me perece.

El día que partió, se llevó la razón para seguir yendo a esa casa. Que después se vendió. Él y mis tías Meche, Tintina, Chiquita, con mis tíos Eduardo, Gabriel y Leoncio deben estar en la misma nube. Y qué alegría reencontrarse cuando llegue el momento.

Hoy es 1 de julio. Voy a buscar camelias para adornar mi casa. Y a leer la dedicatoria del único ejemplar del libro que escribí que existe. Porque el lo guardó como un tesoro preciado y por suerte a mi abuela, se le dió por dármelo. Fue toda mi herencia. La mejor. La de constatar lo que siempre supe. Que soy su nieta preferida. No tenía opciones. Soy su única nieta mujer. Abuelo, te quiero. Lamento no habértelo dicho más seguido. Pero tengo el tiempo del mundo para decírtelo hoy.

Bendiciones infinitas! Nunca estamos solas! Celebrando vida!

Simone Seija Paseyro
Lectora de Registros Akásicos